En A Fin de Cuentos editamos libros ilustrados. Sin más etiquetas. Porque partiendo de las imágenes, todo nos interesa: los libros de no-ficción, los literarios, los libros sin palabras y los que están llenos de ellas.
Por convicción, rehuimos de los textos escritos para entorpecer el conocimiento en vez de para facilitarlo, de los falsos saberes, de lo cursi, del exceso de sentimentalismo y de la falta de humor.